Se te fue la mano
Estamos llegando tarde al habitual partido de los sábados y
nos bajamos del auto afuera del club para ver si logramos llegar en punto, es
una fecha de la URBA
y hay que llegar si o si en hora. Como no hay veredas (acá en el campo…) mamá
apurada como siempre, va adelante mío tirando de mi brazo y avisándome dónde
están los pozos (que a veces descubre cayéndose en ellos…..una vergüenza), parece olvidarse que estoy ya por cumplir 9 años.
De pronto, producto de las imperfecciones del terreno nuestras
manos se separan y ella sigue caminando ligero y sin siquiera mirar atrás
extiende su brazo y comienza a revolear su mano tratando de encontrar la mía y
yo casi sin pensar la meto en el bolsillo de mi buzo sin quitar la vista del
suelo.
Cansada de no hacer contacto conmigo afloja el paso y
poniéndose a mi par me pregunta con un fingido tono casual “Querés ir suelto?”
y yo, sintiéndome por un instante perro, le respondo monosilábicamente con un
dudoso “SI”.
Ya dentro del club, ella camina detrás mío y yo saludo a “Pulgón”
chocando los cinco con entusiasmo. De pronto la veo por el rabito del ojo toda
seria y me preocupa que no esté feliz.
Ojalá se de cuenta de que en parte es gracias a ella que me
siento lo suficientemente seguro como para caminar solo. Y que estamos hablando
de hoy, no se que sucederá mañana, si no volveré a necesitarla, porque sé que
su mano siempre estará ahí, para que yo pueda tomarla si es necesario.
Llegamos a la cancha correcta y mientras ella se acomoda en
el perímetro para verme jugar yo me voy alejando y levanto mi mano, la misma
que le mezquiné hace un rato y sosteniéndola en lo alto la saludo mostrándole
mi mejor sonrisa a modo de saludo y ella haciendo una mueca con pretensiones de
sonrisa (porque sé que tiene mejores) me saluda a lo lejos….espero que con la
convicción de que nuestro lazo va mucho
mas allá de nuestras manos entrelazadas.
1 Comments:
Genial!!
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