Quien quiera oir que oiga....
De vez
en cuando miro con ojos objetivos mi reproductor de MP3 y pienso que si lo
perdiera, quien lo encontrara pensaría que pertenece a un ser esquizofrénico
por lo amplio del espectro de mi gusto musical. Nada mejor para revertir este
pensamiento que acceder al reproductor ajeno, para darse cuenta de que la
música que escuchamos “todos” de por si es muy amplia.
Por
otro lado siempre pensé que yo era la única persona que le ponía títulos
emblemáticos a sus listas de reproducción como “CRY” para la lista de temas que
me hacen llorar o “APRETAME” para aquella que invita a los besos...no obstante
en el reproductor del otro se pueden encontrar listas de temas bajo títulos (al
menos) de dudoso gusto como “A mover las cachas” para hacer gimnasia o “Gin
Tonic” para aquellos temas que sólo se disfrutan si se escuchan estando en
soledad absoluta (con la vista perdida dentro de un vaso de alcohol). Y bueh,
cada maestrito con su librito.
Me encanta
mi música y en general soy de prestar particular atención a las letras de las
canciones. De hecho mi nivel de inglés (nada despreciable) se lo debo al empeño
que desde siempre puse en tratar de entender todo aquello que escuchaba, aún en
idioma foráneo.
Soy de
las que pueden escuchar veintisiete veces el mismo tema y no puedo evitar
imaginar el destinatario original (la mayoría de las veces desconocido) del
mismo. Siento la música de una manera muy visual y para cada tema tengo mi
propio video mental, así como también me puedo enamorar de un tema por una sola
frase como el “I don´t wanna be free” que me paraliza el corazón de la
canción I´m telling you (me gusta la versión de Mercedes en Glee, y
qué?), acaso hay una forma más contundente de manifestar el deseo de ser de
otro que esa?.
O
quizás no “perdonaremos” a Ewan Mc.Gregor en “Your song” (si, la versión de
Mouline Rouge) por poner en palabras “How wonderful life is, now you are in the
world”?. No creo que haya una declaración de amor más poderosa que esa.
Es
curioso, no había reparado hasta ahora de lo importante que ha sido la música
en mi vida, que inclusive en cada embarazo, una de las primeras cosas que hice
fue elegir un tema que los acompañara a cada uno durante su gestación: para
Marco “Look through my eyes” de “Phil Collins”
y para Sofi “Little dream”, de “The
Mamas and the Papas”.
Y ya
que la nombro, mi pequeña me descubrió hace poco cantando un tema de Molotov y
con carita de incomprensión lindando con “tu también Brutus?”, me dice
balbuceando….pero como?, vos sos ponys,
arcoiris y conejitos…….como podías escuchar esta música?. Hija mía, antes de ti
había vida, una muy diferente (tendré que llevar a terapia esta dicotomía entre
lo que yo creo que ella ve de mi y como ella me ve en realidad ? Ponys??????)
Y en
esta macedonia musical, no falta el “amigo” a quien le confesas que te fascina
el tema “Good bye to Romance” de Ozzy Osbourne y te arroja un “ahhh, vos tenías
problemitas, no?. O el compañero de trabajo que se sorprende de que conozcas
a “Placebo” y a partir de allí te mire
con ojos un poco más humanos, por el simple hecho de escuchar su misma música,
lo cual le parecía imposible (no, no ponys…..)
De
todos modos hay pocas cosas que nos unan más que la música, pues cada persona y
cada momento tienen sus propios y encantadores sonidos, que nos hacen permanecer
unidos a través del tiempo, aunque yo decida irme con mi música a otra parte…
0 Comments:
Post a Comment
<< Home