El LIMBO de la vida
Hace ya varios años (que rápido pasa
el tiempo cuando uno se divierte) conversaba con el Dr. Amor a cerca
de por qué no encontraba a la mujer adecuada para compartir su vida
y recuerdo vágamente haberle dicho ….. no hay una escalera lo
suficientemente alta para llegar a dónde lo llevó su EGO (everybody
gots one)( en estas charlas profundas nos tratamos de Ud.) y ya
saliendo de mi papel me despache con un “TENÉS LA VARA MUY ALTA”.
Este comentario le cayó entonces como
un balde de agua fría ya que a pesar de haber pasado mucha agua
bajo el puente él se seguía considerando un muchacho de barrio y me
negó (no sin un poco de enojo) que las cosas fueran de esa manera.
Pasaron los años y seguimos hablando
de los mismos temas existenciales y luego de un exhausivo scouting
femenino de su parte me dijo “Sabe? Creo que puedo haber tenido
razón en eso de tener la vara muy alta. #PUNTO PARA MI mientras
replico retóricamente un “Le parece?”
Estoy convencida de que es así, no
solo para él que lo acababa de exponer vívidamente, sino para
cualquier otra persona que venga de una relación anterior y quizás,
sólo quizás sea lo correcto.
La ardua tarea de buscar una pareja o
compañero (término que me gusta mucho más) es como el limbo pero
al revés.....y si estás leyendo este post, no hay chance de que no
hayas intentado al menos una vez bailar el limbo.
Cuando uno comienza el camino de las
relaciones de pareja, con unas pocas coincidencias nos alcanzan para
intentar ir un poco más allá. Como vemos ahí la vara está ahí
bien bajita justo al revés del limbo rock en el cual la vara arranca
arriba.
En este supuesto, si las cosas no
funcionan, habiendo tan poco en juego, uno siempre puede encontrar a
alguien más compatible. Incluisive uno podía darse el lujo de
seguir poniendo la vara abajo...quizás ya no tan abajo, pero aun
accesible.
Si en el mejor de los casos la cosa
funcionaba la vara debería ir subiendo balanceada por el crecimiento
físico, emocional y psicológico de la pareja haciéndo que el
obstáculo sea superable por los participantes alteradamente con
mayor o menor dificultad para ambos.
Ahora bien a esta altura de la soiré,
como dice otro gran amigo de “Cacho” y habiéndo tirado el palito
infeliz tantas veces (muchas de las cuales nos dejó más de un
machucón imborrable), es lógico que la vara esté no
alta......ALTISIMA, y en muchos casos diría que hasta inalcanzable
porque necesitamos tener muchas (muchísimas) cosas en común para
permitirnos abrirnos al otro... e intentar algo de a dos.
Aunque ahora que lo pienso, para el
limbo se necesitan por lo menos 3 participantes (dos que sostengan la
vara y uno que pase por debajo) ... Espero que ese no sea el secreto
de la maravillosa danza de la interrelación con el otro y deseo que a
pesar de todo....no se nos quiten las ganas de seguir danzando.
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