Friday, January 11, 2013

"Ruborización masculina"


Las tardes de verano tienen ese no sé qué……….las vueltas de la playa (en el mejor de los casos) como hace apenas unos días emprendíamos la retirada de la vieja rambla de Ostende, cuando veo que mi hijo camina de una manera más que extraña.

Descartando el calor de la arena, pues ya  la tarde avanzó y el poco sol que queda solo tonaliza de dorado aquello que toca, le pregunto por qué camina de esa manera tan graciosa como absurda.

Se da vuelta y con carita de dolor me dice que le duelen sus partes íntimas. Como soy madre fanática del uso de Hipoglós desde el nacimiento de mi primera hija, le resto importancia (pues mi hijo tiene una tendencia a exagerar hechos pequeños de la vida) diciéndole que ni bien lleguemos a la casa le voy a poner “la” crema mágica que le va a calmar cualquier malestar. Mientras recuerdo una conversación de la que sólo fui testigo en la oficina, donde George, se quejaba de que los trajes de baño de hombre ahora venían sin suspensor, y me pareció tan intrascendente que la "deleteé"…hasta ahora, quizás tenía razón.

Mi hijo empeora su caminar y para entretenerlo empiezo a preguntarle a cerca del dolor que le genera este malestar que en principio describe con un “me quema”, que decodifico (con mi increíble instinto maternal) como una paspadura. Todavía faltan unos metros para llegar y sigo la conversación para que me precise el lugar exacto donde le duele utilizando mi habitual lenguaje “legomaternalabsurdo”, le pregunto: Te duele el pirulo?? Lo cual rechaza con un movimiento de negación con la cabeza, se detiene me mira, mira al cielo como buscando una inspiración divina que le permita describir lo que le pregunto si sonar grosero y me arroja un “Me arde más abajo, ahí en el “CEREBRITO”.

No puedo negar que lo primero que me causó este comentario fue risa, porque realmente se había esforzado en explicarme lo que le preguntaba con sinónimos y  era lo mejor que había encontrado.

Lo segundo que me produjo fue un enorme asombro, pués estoy acostumbrada a escuchar que los hombres en general y adultos le dan esta  propiedad “pensante” a  sus genitales, pero no entiendo de dónde lo está sacando este nene divino (parido orgullosamente por quien escribe), a quien crío yo misma con parámetros tan diferentes.

Me pregunto si lo traerá en el ADN masculino…….tipo a los hombres se les permite actuar por impulsos nacidos del cerebro o de sus genitales. Es más se los evalúa con mucha más liviandad en estas circunstancias ,calculo que basado en la extrema exposición del miembro viril, cuyas reacciones son claramente visibles.

Contrariamente las mujeres somos incapaces de sentir, ni siquiera decir, que pensamos con nuestros genitales, si bien es cierto que se manifiestan claramente en múltiples situaciones de la vida de manera imperceptible para el resto de la humanidad. Pero estamos seguras (al menos yo lo estoy) que la cosa no nos pasa por allí, es más, muchas veces ni siquiera le pasa cerca.

Nosotras no podemos evitar pensar con la cabeza…..quizás la única contra es que lo hagamos con el filtro de nuestras emociones, que son casi más traicioneras que la aparente vida propia del pene masculino y que tantas veces nublan nuestro criterio.

En el caso de ellos es como una especie de dualidad y dependemos de la “suerte” que tengamos en cuanto a una toma de decisión que nos incumba eventualmente, si la tomó con la cabeza que tiene por encima de los hombros…..o por la que tiene debajo de la cintura.

Espero contar con el talento de educar a mi hijo para que tome las decisiones con la parte correcta del cuerpo, haciendo caso omiso si es necesario a los impulsos de los que todos (mujeres y varones) somos objeto de manera cotidiana.

Me miro de reojo en el espejo del baño y me apena no poder conservar este bronceado el resto del año, a la vez que busco en el botiquín la “crema mágica” y me lamento que no exista una que permita curar en 24 hs. la irritación emocional que tantas veces afecta en la toma de decisiones racionales.

Mientras eso se inventa…….. caballeros traten de que “no se les paspe el cerebrito” pues al parecer cerebritos paspados llegan a conclusiones incorrectas…….untáme por acá….

Saturday, January 05, 2013

Mucho dulce de leche empalaga...?


Hace unos días hablaba con Guillermo (un adulto de mi misma edad con unas responsabilidades bastante parecida a las mías) y él me contaba lo difícil que se le hacía encontrar un espacio para él mismo y que se sentía como uno de esos “malabarista de platitos chinos” (así se describió textualmente), sin posibilidad de parar ni por un segundo con todos sus “malabares” simplemente para descansar y continuar con su ajetreada tarea.

Desgraciadamente para mi, conozco esa sensación y en virtud que tenía un día un tanto más descansado, no me costó desplegar mi larga lista de lo que para mi son “espacios personales”, deporte, clases de música, asados con amigos, etc.…. Y así como quien no quiere la cosa y para terminar la conversación le digo, eso si, no hay que abusar porque como decía mi mamá “MUCHO DULCE DE LECHE EMPALAGA”.

En alguno de mis post anteriores conté un poco a cerca de las frases que “iluminaron” mi infancia y  pasé por esa oración recitada con tanta frecuencia y fina entonación por mi madre, con una liviandad en la que recién reparé al volver a usarla.

Lo cierto, es que esa sentencia iluminó mi norte infantil y adolescente como una brújula apuntando al norte y si bien de alguna manera, me mantuvo alejada de muchos de los problemas característicos de la juventud……lo cierto es que visto a la distancia me generaron algunas otras dificultades.

Una de las más notorias es mi incapacidad casi natural (y digo casi porque fue adquirida) para el disfrute. Tengo que hacer un esfuerzo casi sobrehumano para aprovechar lo “bueno” que ofrece la vida, pues me aterroriza la posibilidad de excederme en dicho disfrute, como si algo terrible fuera a pasarme por el simple hecho de estar en una situación que no sea producto de una obligación. Eso hace que me esfuerce de manera denodada en encontrar algo adverso en esa situación para poder boicotearlo y no llegar al “empalago?”

Pero ahora me pregunto, que es lo tan terrible del empalagarse? ….y acá me asalta la imaginaria cara de asombro que usa Betina (mi terapeuta) por mi facilidad para encontrar paralelismos entre cualquier cosa que sucede en la vida y mi mala relación con la comida. Así es  con la dieta, un mínimo desliz, por pequeño que sea me hacen querer tirar todo por la borda (de hecho ya lo hice algunas veces). Eso hizo que  con relación a la dieta empezara a practicar la flexibilidad, el poder desviarme un poquito del régimen estricto y poder retomarlo. Lo mismo me sucede en otros órdenes de la vida pues permitirme un recreo es una tarea titánica .Y no te cuento, si encima tenés hijos manipuladores como los míos que se suman a tu propio dilema interno con frases como “que ahora te vas y me vas a dejar solito?”, un auténtico Marco´s dixit una de las pocas veces que decido a cenar con amigas.

En definitiva no es ni más ni menos que  un problema de límites, las cosas difíciles o rutinarias, se imponen como límite de manear natural, terminan en un punto. Así, por ejemplo, uno trabaja de 9 a 18 hs., de lunes a viernes. En cambio en las situaciones de disfrute el límite lo tiene que poner uno y ahí, justo ahí es donde la cosa se me complica (cuantas horas seguidas de programas de chimentos podría ver sin parar?). Evidentemente me cuesta tanto poner límites, que simplemente prefiero no exponerme a tener que ponerlos (si mis hijos leen esto se me van a subir a la cabeza, pero en este punto estoy hablando de mi relación conmigo misma)


Lo cierto es que mi madre se llevó a la tumba el secreto de la frase pues no me dio la dosis exacta del mucho que llega a empalagar…….de esa manera hubiera sido más fácil mantenerme dentro de los “límites” aceptables (para ella al menos) del disfrute, del auto consentimiento. Así que como tantos otros misterios familiares, no me quedará más remedio que seguir experimentando a ojo (como con la receta de la empanada de raxo de Margarita) con lo cual el resultado es incierto, así sienta toda la culpa del mundo por probar sólo una cucharadita