Sunday, December 01, 2013

Si querés llorar, llorá.

Hace rato que sé que con los chicos no se puede salir los viernes a la noche …la de planes que suspendí por este motivo, decí que es el cumple de Sofi, que es motivo más que suficiente para romper la regla de “No saldrás con los niños los viernes por la noche” (menos si están llegando a fin de año).
Ya terminamos de cenar y esperamos que nos acerquen la torta con la velita, para que mi niña por tercera y última vez en el día sople la velita y pida un deseo más.
El restaurante esta atestado de gente y la moza, que parece no ostenta pericia alguna demora el ritual cumpleañeril y me obligan a dar charla a lo loco a los peques para evitar que Marco se duerma. Les pregunto cómo les fue en arte hoy y me cuentan que su maestra (quien habitualmente les cuenta historias que los inspiran para dibujar) les contó la ¨historia de la llorona¨, es más, les contó que no hace tanto tiempo la gente contrataba a mujeres para que lloraran en los velatorios (no velorios, que es un conjunto de velas, diría mi padre). Con caritas en las que se mezclan el sueño y la incomprensión, me preguntan primero si yo vi esto alguna vez, con lo cual me hacen sentir de las cavernas, y luego me preguntan porqué es que se hacía esto.  Con aires de superada le digo que ANTES se usaba. que era una manera de demostrar cariño por el fallecido quien a veces no tenía la suficiente familia (vayan haciendo una vaquita para cuando sea mi turno) o simplemente porque no había en su entorno alguien que los llorara suficiente y socialmente era necesario demostrar que se lo iba a extrañar (fuera cierto o no)…una especie de puesta en escena.

Y sin darme cuenta me metí en un berenjenal (nunca vi uno, pero imagino que será intrincado)…es tarde, ellos son chicos y mientras intento buscar alguna explicación me doy cuenta que ya desde obras clásicas como Cyrano de Bergerac, se fomentaba de alguna manera el engaño emocional, o acaso el pacto entre Cyrano y Christian por el amor a Roxane no es eso? Los sentimientos de una persona, combinados con la imagen de otra en pos de que una tercera se enamorara.

Pero vengamos más acá….acaso el avatar con foto añeja (o ajena), en perfil de cualquier red social no lo es?  Sin quererlo, y por más retrógradas que nos parezcan ciertas prácticas no dejamos de realizarlas, remozadas, aggironadas, pero indefectiblemente seguimos intentando mostrar hacia el afuera, ya no la mejor versión de nosotros mismos, sino una versión ideal, en infinidad de casos inalcanzables y por que no más pobre e insegura que la real. (Nota menta: cambiar caricatura que ilustra mi Twitter.

Mientras esbozo una pequeñísima sonrisa de satisfacción en honor a mi pequeño e ilustrado desarrollo mental, veo de reojo a la moza acercarse con la porción de torta, la velita y los empleados que se disponen a cantarle el ¨Tante aguri a te¨, que fue en definitiva lo que me motivo a traerla a cenar a este lugar y me percato (no puedo decir de mi hipocresía, porque no fue adrede), pero si de mi incoherencia…..Yo no contraté lloronas, pero la traigo a cenar a un lugar donde extraños le cantan el cumpleaños porque quienes se lo tendrían que cantar están demasiado cansados, o demasiado cómodos para compartir este momento con ella.


En definitiva quien me puede culpar por hacer todo  lo que está a mi alcance para homenajear a aquellos a quienes amo, no? Y para hacerlo un tantín más bíblico... quien esté libre de este pecado que lance la primera piedra.